¿Qué es la articulación temporo-mandibular?

La articulación temporo-mandibular es una de las articulaciones más complejas de nuestro cuerpo: une la mandíbula al cráneo y permite hablar, masticar, deglutir y cumplir movimientos mímicos. Se mueve entre 1500 y 2000 veces cada día.

La disfunción de esta articulación puede influir sobre la postura y el equilibrio en la marcha y es causante de mucho dolor y limitaciones. El origen de dicha alteración suele ser por múltiples factores asociados.

SINTOMAS DE LA DISFUNCIÓN

-Dolor: dentro o delante de los oídos en una o en las dos A.T.M., que se puede irradiar a la cabeza, mandíbula, garganta, nuca, cuello, hombros, columna lumbar, etc.
-Ruidos: articulares como chasquidos, crujidos; óticos como zumbidos, pitidos.
-Funcionales: como apretar los dientes, rechinar, cerrar mal; óticos como taponamiento, mareos, oír menos, mareos.
-Otros: adormecimiento de la piel de la cara, picor en el agujero de la oreja, picor en la garganta, sequedad de la boca, molestias en los ojos o en la visión, nerviosismo, depresión, neuralgia del trigémino, síndrome de la boca ardiente, etc.

Por lo que este hecho se relaciona con el funcionamiento y la movilidad del cráneo, la columna cervical y, sobre todo, con todo el cuerpo, ya que en el organismo todo está integrado.

Las causas de los trastornos de la ATM son numerosas: Rechinar o apretar los dientes (bruxismo), traumatismos en la articulación, como fracturas del cóndilo y la mandíbula, latigazo cervical, trastornos inflamatorios tales como la artritis o la osteoartritis, situaciones muy estresantes físicas y mentales, entre otros factores.

RELACIÓN EMOCIONAL

La causa principal de este problema es el estrés y los factores psicológicos, que aumentan las tensiones musculares de las regiones del cuello y cara. Las situaciones estresantes desencadenan en el individuo una serie de emociones, de intensidad y características diferentes según la personalidad de cada uno.

Los problemas en ATM se pueden traducir en un enfado reprimido ya que suelen ser personas que no expresan la agresividad y la rabia contenida por miedo o respeto y no saben controlarla ni dirigirla. Si se reprime hasta el punto de luxarse la mandíbula, es decir, que se le bloquee por completo hasta no poder moverla, indica que se ha controlado demasiado y no puede más, tiene una necesidad urgente de expresarse, y el hecho de reprimirse es muy nefasto para ella. Se manifiesta más en personalidades más emocionales que dudan de su agresividad y tienen miedo a las represalias. Generalmente tienen dificultad en adaptarse al entorno, suelen presentar desajustes oclusales.

TRATAMIENTO OSTEOPATICO

Existen diferentes problemas con los que la persona se presenta en consulta y podemos intervenir con la osteopatía:

– Bruxismos (apretar o rechinar los dientes)
– Tratamiento complementario a la Ortodoncia
– Bloqueos mandibulares de apertura y cierre
– Dolores en boca, cara y cuello
– Traumatismos
– Tratamientos pre y post- quirúrgicos
– Neuralgias
– Cefaleas y Migrañas

Hay un fuerte vínculo entre la postura y la oclusión. Una posición asimétrica de la mandíbula, por pequeña que sea, provoca la contracción de ciertos músculos generando un cambio en la postura, ya de por sí es una fuente de problemas para la columna vertebral y también para la cabeza. Así que cuando la mandíbula se mueve, el cuerpo tiene que compensar, adaptarse.

Los osteópatas, no tenemos la posibilidad de modificar directamente la mordida, pero nuestro trabajo se centrará sobre la armonización de todos los músculos involucrados directamente o indirectamente en el sistema masticatorio, corrigiendo las restricciones, disfunciones, desequilibrios tensionales en distintas partes del cuerpo, incluido el cráneo y la boca.

Esto se realiza en función de un diagnóstico osteopático de todo el cuerpo para detectar estos desajustes. La Osteopatía de la ATM es una herramienta fundamental y eficaz en el tratamiento multidisciplinar de estas disfunciones, el tratamiento se realiza por medio de técnicas manuales muy precisas que intentan modificar las alteraciones articulares, cadenas musculares y faciales.

Una única intervención del osteópata, por otra parte no siempre es suficiente para volver a rearmonizar problemas oclusales. Será también necesario recurrir a la ortodoncia, después de haber liberado y corregido todo lo que es posible con la osteopatía.