Hoy desde el Centro Integral de Osteopatía vamos a hacer referencia a un problema más común de lo que nos imaginamos que se da tanto en jóvenes como en adultos y que la mayoría de las personas que lo padecen no perciben que lo sufren.

¿QUÉ ES?

La escapula es un hueso triangular muy importante situada es la espalda a la altura de nuestro hombro y está articulada con él, se encuentra flotando sobre la parrilla costal gracias a los músculos que se insertan sobre ella.

El omóplato o escápula alada se define como una prominencia en el borde medial de la escapula u omóplato, se asocia a una alteración del nervio torácico largo del hombro y a la falta de fuerza del músculo serrato anterior.

Si el nervio torácico largo es dañado o sufre una contusión puede causar la parálisis del músculo serrato anterior y por lo tanto quedar la escápula libre de contención muscular y alarse.

SINTOMAS

Los síntomas varían de una persona a otra dependiendo de la causa, así como los músculos y los nervios involucrados.

La mayoría de las personas con este problema tienen un omóplato que sobresale más que el otro, esto ocasiona que al sentarse en una silla o llevar una mochila sea incómodo.

Si la escápula alada es el resultado de una lesión nerviosa, puede causar debilidad en los músculos del cuello, hombros y brazos.

Esa debilidad puede hacer que sea difícil levantar, tirar y empujar objetos pesados y limita el movimiento del hombro sobre todo en la flexión y abducción.

A menudo afecta a su capacidad de levantar el brazo por encima del hombro. Dolor o incomodidad en el cuello, hombros y espalda debido a la alteración biomecánica.

CAUSAS

La causa principal de la escapula alada es la lesión de algunos de los nervios que controlan los músculos de los brazos, la espalda y el cuello.

  • El nervio torácico largo, que controla el músculo serrato anterior.
  • El nervio escapular dorsal, que controla los músculos romboides.
  • El nervio espinal, elemento que controla el músculo trapecio.
  • Las lesiones y las cirugías pueden causar daño en estos nervios y músculos.
  • El traumatismo cerrado en los nervios donde implican la lesión del nervio que controlan los músculos del cuello. Algunos ejemplos de traumatismos cerrados incluyen la dislocación del hombro o la torcedura del cuello de una manera inusual.
  • Lesiones por movimientos repetitivos. Este tipo de lesión es común en deportistas o trabajos que requieren un gran esfuerzo y posturas continuas que ponen en riesgo la zona cervical.

Lesiones no traumáticas causadas por:

  • Enfermedades virales (polio, amigdalitis, etc.).
  • Reacciones alérgicas a medicaciones.
  • Afecciones cardiacas congénitas, radiculopatía cervical y distrofia muscular.
  • Cirugías, reserciones de costillas, las mastectomías y los procedimientos que requieren anestesia general, disección axilar en cirugía de cáncer de mama.

También existen causas de origen postural como en los niños que llevan mal la mochila en el colegio ya que cogen peso siempre en el mismo lado, no guardar una posición anatómica adecuada (malos hábitos posturales), traumatismos por accidentes o una mal formación ósea del niño durante el crecimiento.

DIAGNOSTICO

Los primeros signos son visuales durante la exploración y realizando pruebas de movilidad escapular y brazos. Uno de los gestos exploratorios básicos es el ejercer fuerza contra una pared, se coloca a la persona con los brazos estirados contra ella y desde esa posición empujaremos la pared y se observaría como el omóplato sobresale de la espalda.

Deben hacerse también pruebas complementarias como la electromiografía (EMG) determinará que nervio de los tres que están implicados en los movimientos escapulares estará afectado.

Otra de las maniobras sería el test de estabilización escapular, donde el especialista colocará una mano sobre el esternón y la otra sobre el borde de la escapular, y mientras el paciente eleva la escapula y el brazo.

Concretar la causa será imprescindible para establecer una estrategia terapéutica apropiada a cada caso.

TRATAMIENTO

El objetivo principal es fortalecer el músculo serrato anterior, que es el responsable de mantener la escápula pegada a las costillas, evitando así que ésta sobresalga.

El serrato también tiene función inspiradora. Cuando el serrato no funciona como debe, la estabilidad disminuye y se transmiten cargas excesivas a la articulación escapulohumeral, lo que puede provocar lesiones. Lo ideal es que los ejercicios de fortalecimiento sean supervisados por un profesional, ya sea fisioterapeuta o especialista deportivo, para que su realización sea correcta.

Desde la osteopatía se puede trabajar sobre las diferentes estructuras para disminuir la sintomatología, sobre todo en cuanto a dolor y restablecer el equilibrio en la cintura escapular y segmento cervical utilizando técnicas estructurales, fascias, terapia visceral y craneal.

PREVENCIÓN

Es posible reducir el riesgo:

  • Evitando movimientos repetitivos de hombros o brazos cuando sea posible.
  • Manteniendo la postura correcta.
  • Usando una silla o almohada ergómica.
  • Uso de bolsas y mochilas ergonómicas fáciles de usar para los hombros.
  • Evitando llevar demasiado peso sobre los hombros.
  • Estirando y fortaleciendo los músculos del cuello, hombros y parte superior de los brazos.

CAPACIDAD DE VOLAR (PARTE EMOCIONAL)

En el Centro Integral de Osteopatía en cada artículo que publicamos nos gusta hacer una breve referencia acerca de la parte emocional del problema que planteamos y hoy no iba a ser menos, por lo que aquí os dejamos una breve alusión al lado emocional que se nos presenta con la escapula alada.

Si yo presento cualquier dolor, molestia o síntoma en mis omóplatos, necesariamente estoy viviendo un conflicto emocional relacionado con «volar». Los omóplatos son el simbolismo de unas alas, mis alas, mi libertad. De alguna manera no tengo la seguridad para volar, me impiden volar, me impido volar o alguien no confía en que yo sea capaz de volar.