El pectus excavatum, también conocido como pecho en embudo o pecho hundido, es una malformación congénita de la pared torácica, que se produce por el crecimiento anormal del esternón y de las costillas que se articulan sobre él, produciendo un hundimiento del tórax. Aparece en forma leve en 1 de cada 1.000 nacimientos y 1 de cada 10.000 en forma más grave. Presenta un problema de insuficiencia respiratoria o problemas cardíacos en sus casos más graves.

Tipos de pectus excavatum

Los tipos de pectus excavatum son:
Pectus excavatum leve: muy poco perceptible en la infancia, aumenta en la adolescencia, pero no afecta a otros órganos torácicos.
Pectus excavatum grave: crea una profunda hendidura en el tórax, que ejerce presión sobre los pulmones y el corazón.

Causas del pectus excavatum

No se conoce claramente la causa de esta malformación, si bien puede aparecer con frecuencia en una misma familia, lo cual podría indicar un origen genético.

Síntomas de pectus excavatum

El síntoma principal del pectus excavatum es la anomalía del tórax que aparece hendido y con un aspecto de metido hacia dentro.
Puede dar lugar a fatiga al hacer ejercicio, disnea (dificultad para respirar), dolor en el pecho, aumento de la frecuencia cardíaca y palpitaciones, infecciones respiratorias frecuentes, tos y opresión del pecho.

Como ayuda la osteopatía

Para pacientes con este tipo de problema trabajaremos con osteopatía estructural, craneal y visceral, todas ellas en conjunto, más los ejercicios terapéuticos realizados por un profesional que ayudará al paciente en la mejora del problema.
Es importante rebajar tensiones tanto a nivel de tejidos blando, como a nivel visceral, al igual que realizar la osteopatía estructural ayuda a equilibrar toda nuestra columna y por lo tanto mejorar nuestra postura.

Ejercicios para relajar el diafragma

Con ayuda del terapeuta, el paciente aprende a hacer tensiones selectivas en zonas del tórax para aumentar la expansión en las zonas hundidas. Esto junto a una autoelongación del tronco aumenta la movilidad de la caja torácica y disminuye el colapso de la zona. La relajación del diafragma y la terapia manual dirigida a mejorar la movilidad de la caja torácica aumentan la efectividad del ejercicio y mejora de la expansión.
Estos son ejercicios activos por parte del paciente y dirigidos por el terapeuta, que estimula la corrección con órdenes y correcciones pasivas en el tronco.
Un terapeuta entrenado en técnicas posturales es capaz de guiar y enseñar al paciente a mejorar su postura y a mantenerla. Las técnicas posturales no son de fácil ejecución ya que requieren una corrección de la postura global sin permitir compensaciones que podrían estar agravando en lugar de corrigiendo.
El diafragma es el principal músculo respiratorio, forma dos hemicúpulas (derecha e izquierda) que separan tórax de abdomen. Es un músculo plano con un tendón central y una porción fibrosa, tiene también unos pilares de inserción en la columna vertebral. Las fibras musculares tienen una inserción en todo el reborde costal que es dónde se accederá al músculo para relajarlo. La relajación de este músculo mejorará la movilidad de la caja torácica y permitirá una mejor corrección postural.

Ejercicio de auto-movilización costal.

El paciente en posición tumbado con las piernas dobladas realizando un balanceo hacia un lado y otro notando cómo se mueven las costillas.
El movimiento es lento y relajado siendo consciente del movimiento costal en cada zona de manera que se insiste en las zonas en las que el movimiento es más dificultoso. En este ejercicio no se tiene en cuenta la respiración, pero como anteriormente es recomendable sentir el cambio tras el ejercicio.

Con ayuda por parte del terapeuta, el paciente aprende a hacer tensiones selectivas en zonas del tórax para aumentar la expansión en las zonas hundidas. Esto junto a una auto elongación del tronco aumenta la movilidad de la caja torácica y disminuye el colapso de la zona. La relajación del diafragma y la terapia manual dirigida a mejorar la movilidad de la caja torácica aumentan la efectividad del ejercicio y mejora de la expansión. Son ejercicios activos por parte del paciente y dirigidos por el fisioterapeuta que estimula la corrección con órdenes y correcciones pasivas en el tronco. Además, es interesante la utilización de espejos para valorar la postura y como estímulo respecto a la expansión del tórax.

Ejercicio de auto-estiramiento.

Con ayuda por parte del terapeuta, el paciente aprende a hacer tensiones selectivas en zonas del tórax para aumentar la expansión en las zonas hundidas. Esto junto a una auto elongación del tronco aumenta la movilidad de la caja torácica y disminuye el colapso de la zona. La relajación del diafragma y la terapia manual dirigida a mejorar la movilidad de la caja torácica aumentan la efectividad del ejercicio y mejora de la expansión. Son ejercicios activos por parte del paciente y dirigidos por el fisioterapeuta que estimula la corrección con órdenes y correcciones pasivas en el tronco. Además, es interesante la utilización de espejos para valorar la postura y como estímulo respecto a la expansión del tórax.