¿Sufres de dolor de estómago, tienes ardor o reflujos,
tienes hernia de hiato, estreñimiento,
digestiones pesadas, cicatrices abdominales.
no toleras las grasas, gases frecuentemente?
Si presentas algunos de estos síntomas u otros también de origen digestivo, en la Osteopatía puedes encontrar una buena manera de abordarlos. La Osteopatía puede ser una herramienta de gran ayuda, e incluso ser la terapia más efectiva, para mejorar y eliminar algunas de las afecciones del sistema digestivo.
¿Cómo puede ayudarte la osteopatía en una disfunción visceral digestiva?
Lo primero que debes saber es la diferencia entre DISFUNCION y PATOLOGIA. Decimos que una víscera ha entrado en disfunción cuando existe un mal funcionamiento de la ésta, lo que nos va a dar una serie de síntomas y signos, entre los que podemos encontrar; acidez de estómago, digestiones pesadas, gases, dolor en zona abdominal, estreñimientos, diarreas, mala digestión de grasas, etc. En muchas ocasiones los pacientes acuden a consulta médica con estos síntomas y son sometidos a pruebas diagnósticas específicas, pero a nivel médico no se encuentra ninguna patología. Esta disfunción si se mantiene en el tiempo muy probablemente va a derivar en una verdadera patología médica. Este procedimiento, en muchas ocasiones, genera mucha frustración por parte del paciente, pues sufren de diversos síntomas que alteran su calidad de vida, pero al no evidenciarse una patología médica, la medicina convencional no les ofrece ninguna solución o son tratados únicamente con medicamentos que acallan sus síntomas temporalmente pero no solucionan el problema.
¿Porque una víscera entra en disfunción?
Las causas son multifactoriales variando entre, factores genéticos, estilo de vida, alimentación, cirugías, hábitos medicamentosos, problemas posturales, etc.
Además, debemos tener en cuenta que no siempre que una víscera entra en disfunción va a dar síntomas solamente propios del sistema visceral, en muchas ocasiones va acompañado de dolor referido al sistema musculoesquelético. Los dolores referidos viscerales más habituales son:
- Estómago: dolor entre los omóplatos, zona de músculo trapecio, zona superior del ombligo, esternón y hombro izquierdo.
- Hígado: hombro derecho, zona costal derecha, zona cervical baja, parte superior del omóplato dcha.
- Intestinos: dolor entre los omóplatos, dolor lumbar que puede irradiar a pierna y zona glútea, dolor abdominal.
Estos patrones de dolor referido debemos tenerlos en cuenta en nuestros pacientes que se aquejan de dolor en alguna de estas zonas, pues en ocasiones acuden a nosotros para tratamiento de estos síntomas sin saber que su problema puede tener un origen visceral.
PRINCIPALES DISFUNCIONES VISCERALES
A continuación, explicaremos las principales disfunciones que encontramos en una víscera y que pueden estar contribuyendo al mal funcionamiento de ésta.
- Fijaciones o Adherencias: resultan de cicatrices por intervenciones quirúrgicas. Las cicatrices SIEMPRE son susceptibles de tratamiento osteopático, incluso las que a nivel cutáneo están libres, pues siempre nos van a modificar las tensiones normales fasciales (más adelante dedicaremos un post completo a las cicatrices). Además de las cicatrices, complicaciones médicas como una Peritonitis (infección del peritoneo, capa de tejido que rodea nuestros órganos) SIEMPRE nos va a generar adherencias peritoneales que van a generar tensiones que pueden afectar al buen movimiento visceral. Por lo tanto, si has sido intervenido ya sea por enfermedad, por estética o por cesárea y presentas una cicatriz abdominal realízate un diagnóstico osteopático.
- Ptosis o Prolapsos: llamamos así a la caída de uno o varios órganos por efecto de la gravedad unido a una hiperlaxitud de sus medios de fijación. En condiciones normales, la posición de nuestros órganos está asegurada por los medios de fijación que poseen además de una buena postura y un buen tono de nuestra musculatura abdominal que nos garantice una adecuada presión intraabdominal. Si alguno de estos factores falla los tejidos empiezan a estirarse demasiado y los órganos empiezan a descender y cambiar de posición. Esto puede provocar, por ejemplo, acodamientos en algunas vísceras que dificultan su buen funcionamiento. Esto es debido sobretodo en problemas posturales (cifosis, hiperlordosis, etc.) la disminución del tono muscular abdominal y/o una mala calidad del tejido ya sea por una mala alimentación, factores genéticos u hormonales o embarazos con o sin cesárea.
- Espasmos: de la musculatura lisa de la propia víscera y/o de sus esfínteres. el espasmo de la pared del intestino provoca, por ejemplo, un cólico, un espasmo de un esfínter (esfínter de Oddi, por ejemplo) nos va a limitar el vaciamiento de la bilis en el duodeno provocando una dificultad en la digestión de las grasas. Necesitamos que la musculatura de la pared muscular visceral y de los esfínteres se encuentre en perfecto estado para el correcto funcionamiento.
¿Cómo abordamos estas disfunciones desde la osteopatía?
Los Osteópatas desde el estudio de la historia clínica del paciente junto con nuestra exploración visual y palpatoria vamos a correlacionar los signos y síntomas encontrados para realizar un diagnóstico osteopático y determinar el tratamiento más adecuado en cada caso.
Si durante nuestra exploración hemos determinado que existe una disfunción visceral, en este caso de una víscera digestiva, nuestro abordaje consistirá en:
- sistema musculoesquelético: como hemos dicho existe una relación entre las vísceras y el sistema musculoesquelético que nos puede estar dando un dolor referido visceral y que en ocasiones será el motivo de consulta. El tratamiento de estos tejidos es imperativo, aunque la víscera esté implicada. Lo abordaremos mediante técnicas estructurales osteopáticas y técnicas en terapia manual.
- Vascularización de la víscera: debemos mejorar el aporte y la recogida de la sangre, pues todo lo que una víscera necesita le llega a través de la circulación sanguínea. Para ello emplearemos técnicas de mejora del flujo sanguíneo y técnicas estructurales sobe las zonas específicas de la columna que activan la circulación de la víscera a tratar.
- Inervación visceral: cada órgano presenta una doble inervación para activar o inhibir los procesos fisiológicos de la digestión. El osteópata busca el correcto equilibrio en el funcionamiento de este sistema nervioso autónomo actuando sobre el cráneo y las cervicales altas (efecto sobre el nervio vago, sistema autónomo parasimpático) y sobre la columna dorsal y lumbar alta (efecto sobre la inervación difusa del simpático).
- Movilidad de la víscera: con una serie de técnicas de inhibición y de flexibilización de sus medios de fijación que la anclan a las paredes abdominales y las unen a otras vísceras, vamos a mejorar su capacidad de movimiento y por lo tanto incidir sobre el buen funcionamiento de la víscera.
- Tratamiento postural: como hemos dicho una de las causas de disfunción visceral puede ser postural. Durante nuestra exploración valoramos la postura del paciente y realizamos técnicas y ejercicios posturales, que por supuesto deben de ser prescritos para un trabajo domiciliario por parte del paciente.
- Tratamiento de cicatriz: es muy importante valorar y trabajar las posibles cicatrices que presenta el paciente, sean recientes o no, sean de intervenciones por patología o por intervenciones obstétricas o estéticas. Como hemos dicho toda cicatriz debe ser tratada. El abordaje de las cicatrices se realiza con técnicas manuales fasciales que producen la inhibición y la flexibilización del tejido cicatricial y de los tejidos que la rodean.
Cabe destacar que, por su origen multifactorial, en muchas ocasiones para abordar los problemas viscerales necesitamos un trabajo multidisciplinar con nutricionistas, médicos, etc. Además, recientes investigaciones están poniendo de manifiesto la relación entre el sistema límbico y el sistema visceral, lo que nos confirma la estrecha relación entre las vísceras y las emociones, por lo que en muchas ocasiones la causa o la perpetuación de una disfunción visceral puede estar en un problema de mala gestión emocional por parte del paciente, en este caso también un abordaje psicoterapéutico puede ser de gran ayuda.
Para aquellos pacientes que ya padecen una patología médica, la osteopatía también puede ser un gran aliado para mejorar sus síntomas y mejorar la funcionalidad visceral general, siempre que no esté contraindicado por parte del médico especialista.
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