¿Qué es la osteopatía «visceral»?

Cualquier víscera y órgano necesita un entorno adecuado para cumplir sus funciones, con un aporte sanguíneo arterial y un

JEAN PIERRE BARRAL

retorno venoso adecuados, una comunicación con los sistemas nervioso y hormonal que no se vea obstaculizada, una relación con los sistemas linfático e inmune que garantice su integridad y un pH compatible con sus funciones. Todo esto, la importancia de vísceras y órganos, ya se sabía en los principios de la osteopatía, pero el mayor impulso que tuvo la osteopatía visceral fue en los años 80, gracias al francés Jean Pierre Barral, quien inició un desarrollo que aún hoy en día continúa. Según la definición de osteopatía de la OMS, el osteópata debe dominar los distintos sistemas que comprende el cuerpo humano, incluidas las distintas esferas viscerales; abdominal, pélvica, torácica, craneal. Por lo tanto, la osteopatía visceral comprende un conjunto de técnicas que forman una rama de la osteopatía, la cual tiene como uno de sus fundamentos que toda estructura posee de forma autónoma capacidad de movimiento.

Órganos y su relación con el sistema nervioso central

Cada una de las vísceras está conectadas a una región de la médula determinada (metámera), pero ésa misma región está relacionada a su vez con otras zonas; piel, huesos, músculos y sistema sanguíneo. Por lo tanto, una afectación visceral repercutirá en las demás estructuras que pertenezcan al mismo nivel metamérico. Esta función de nuestras estructuras puede verse alterada por tensiones mecánicas en nuestro organismo. Dichas tensiones son reguladas por el sistema nervioso centrar y se manifiestan por una disfunción de la fascia (tejido conjuntivo). Cuando esta disfunción se produce conlleva una restricción del movimiento de todas las estructuras de nuestro cuerpo, pudiendo derivar en multitud de síntomas que perturban nuestra salud. El significado de disfunción visceral hace referencia a la existencia de restricciones de movilidad o motilidad de la estructura visceral en relación a sus conexiones con la fascia, el tejido neural, huesos, sistema vascular y sistema linfático. Y aquí es donde entra la osteopatía visceral encargándose de liberar las tensiones mediante técnicas de abordaje suave. Para determinar que técnicas se deben aplicar, la valoración tiene una importancia vital, ya que es la que determinará nuestra manera de actuar. Para ello se debe indagar en la historia del paciente, valorar y diagnosticar el problema. Hecho esto se podrá examinar la víscera; su movimiento, motilidad, amplitud y simetría. Después se procederá a la aplicación de las técnicas seleccionadas para buscar la restauración de la correcta funcionalidad a través de la flexibilización, elongación y liberación de fijaciones y adherencias.

La mecánica visceral

En la osteopatía visceral se distingue entre movilidad visceral, que es un movimiento voluntario originado en el sistema nervioso central y manifestado en la musculatura estriada. Y otro movimiento involuntario originado por el impulso del diafragma, el movimiento cardíaco y los peristaltismos.

Y tenemos luego la motilidad visceral, movimiento inherente de cada órgano, el cual se atribuye entre otras teorías a la época embrionaria y a la memoria celular que tiene impregnada los movimientos de crecimiento y adaptación que se producen en esa época. Como ocurre con el resto del organismo, si deja de haber movimiento surgen complicaciones; las toxinas y sustancias de deshecho producto del metabolismo terminan acumulándose en las zonas sin movimiento. Y además se producen adherencias entre los planos de deslizamiento de los elementos que forman las estructuras generando a su vez mas restricciones.

Forma y posición del diafragma

Es muy importante la función que el diafragma tiene en este escenario, ya que este músculo es el motor del movimiento de los órganos abdominales. Un buen tratamiento debe pasar por la reeducación de este músculo a través de la respiración. Otra de las conexiones importantísimas de casi todas nuestras vísceras es a través del nervio vago. Este nervio es el único capaz de conectar nuestro cerebro con nuestros intestinos y es uno de los responsables de que nuestras vísceras funcionen correctamente.

¿Qué es el dolor referido?

Ocurre que a veces con las técnicas habituales musculoesqueléticas no se consigue solucionar el problema, entonces es el momento de valorar que el dolor, el malestar, pueda estar originado en otra parte de nuestro organismo; la estructura visceral.

Como el nombre indica, el dolor referido menciona dolores o patologías que se manifiestan en una parte de nuestro cuerpo, pero cuyo origen puede encontrarse en una parte distante del organismo; distante no solo físicamente si no también distante en el tiempo. Pensemos que una ciática actual puede ser el resultado de un esguince de hace 3 años, dolor y malestar en la regla pudiera estar relacionado con una operación de apéndice de hace 30 años…

Esto ocurre porque nuestra corteza cerebral no tiene una representación neural clara (un mapa) de los órganos y vísceras de nuestro cuerpo, por ello nuestro cerebro recurre al mapa neural que si tiene para interpreta su malestar y poder señalarlo en alguna zona cortical de nuestro cerebro.

Dolor referido

Cada víscera y órgano está referido en el mapa cortical de nuestro cerebro con una u otra zona de nuestro organismo. La osteopatía visceral está indicada como tratamiento coadyuvante en una multitud de problemas gastrointestinales (estreñimiento, diarreas, colon irritable, gastritis…), uroginecológica, mejora respiratoria en enfermedades pulmonares, … Y hay una relación directa entre vísceras y órganos con algunas patologías. A continuación, veremos un pequeño listado de dolencias y su posible relación con vísceras y órganos, porque hay muchas otras posibilidades para la aparición del dolor. Lo importante es que el osteópata tenga las suficientes herramientas para poder realizar un diagnóstico lo más correcto posible

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Veamos el pequeño listado de dolencias y su relación:

  • Riñón / hígado: la falta de movilidad del riñón afecta al psoas y la falta de movilidad del hígado o alguna patología de este afecta al diafragma. La falta de movilidad de estos dos órganos, así como el exceso de toxinas derivadas de malos alimentos y exceso de medicamentos se relaciona directamente con lumbalgias y diversas patologías en la zona baja de la espalda. Incluso el hígado nos puede producir una tendinitis en el hombro derecho.
  • Pulmones: si existen fijaciones en los ligamentos que conectan las cervicales bajas con la parte alta de los pulmones (domo pleural), puede ocasionar dolores cervicales con irradiación al brazo generando hormigueos y adormecimiento del miembro; lo que conocemos como cérvico-braquialgias.
  • Corazón: si existen bloqueos en la movilidad del mediastino y la fascia que recubre el corazón, (generados por ejemplo por problemas emocionales) afectará a los ligamentos que comunican esta estructura con los nervios cervicodorsales, generando dolores en costillas y esternón. El corazón también puede ser afectado por el mal funcionamiento de la mecánica toraco-diafragmática y tensiones pélvico-abdominales, bloqueando el retorno circulatorio.
  • Estómago: disfunciones en esta víscera generarán tensión que traccionará de la cadena visceral anterior que nace en el cráneo, produciendo bloqueos en las cervicales afectando al riego sanguíneo y generando tensión cérvico-craneal, derivando en mareos y cervicalgias.
  • Vesícula biliar: las restricciones producidas en el movimiento de esta víscera nos pueden generar una tendinitis en el codo derecho.
  • Intestino / esófago: la alteración del intestino puede manifestarse con dolencias tan dispares como migrañas, lumbago e incluso bajar nuestras defensas. Y el esófago nos genera dolor entre las paletillas cuando sufre alteraciones.
  • Diafragma: El diafragma es el principal músculo inspiratorio (no es víscera / órgano), con forma de paracaídas (abierto; no cerrado :-P) localizado en la cavidad abdominal, separando tórax y abdomen y que mediante multitud de ligamentos y fascias se une a todo el paquete visceral. Influye de forma directa en la mecánica respiratoria, en el movimiento vertebral, y por su relación con el nervio vago está estrechamente influenciado por el sistema nervioso vegetativo, por lo que es un lugar de somatizaciones. Por todo ello la biomecánica del diafragma va a influir de forma directa en la mecánica visceral.

Nuestro osteópata cuenta con más de 30 años experiencia en esta técnica, su formación en este campo ha sido siempre de la mano del Instituto Barral, siendo el mismo Pierre Barral la persona encargada de impartir los diferentes cursos a lo largo de todos estos años.

En que puede ayudarle este tratamiento

A través de este tipo de trabajo podemos ayudar a mejorar disfunciones tales como:

  • Estreñimiento
  • Hernia de hiato
  • Adherencias y cicatrices abdominales
  • Dolor menstrual
  • Infertilidad funcional
  • Dolor musculoesquelético de origen visceral
  • Cólicos del lactante
  • Ptosis abdominal
  • Formas subclínicas de disfunciones de hígado, corazón, pulmón, riñón, intestinos y sistema genital.

Esto son disfunciones que a nivel médico aun no son diagnosticables pero que nos empiezan a generar síntomas y mal funcionamiento visceral.

  • Muy recomendable tras una cirugía abdominal o pélvica de cualquier índole para liberar las adherencias generadas por ésta.

¿Cómo se realiza el tratamiento osteopático visceral?

La manipulación visceral está basada en la aplicación especifica de fuerzas manuales suaves que estimulan la movilidad normal, el tono, la circulación y el movimiento de una víscera y sus tejidos conectivos. Estas manipulaciones pueden potencialmente mejorar el funcionamiento de órganos individuales, la función de sistemas de órganos, y la integración estructural de todo el cuerpo. Además, cabe destacar la conexión nociceptiva (dolor) entre las vísceras y el sistema musculoesquelético, esto es muy importante ya que en ocasiones podemos encontrar un dolor referido de origen visceral que puede provocar un dolor a distancia en un músculo o grupo muscular, como, por ejemplo, una cefalea, un lumbago, una dorsalgia, etc. Mediante diferentes técnicas de exploración y diagnóstico osteopático somos capaces de identificar la estructura en disfunción para ofrecer el tratamiento más adecuado en cada caso.