El periodo navideño es uno de los más duros para la población en general y para la población de riesgo (con patologías de base) en general. Nos referimos a que es un período duro en cuanto al desajuste en el ritmo de vida y alimentación que solemos tener (sea este más o menos saludable). Y no lo decimos sólo nosotros, hay datos al respecto que lo confirman. Por ejemplo, la cantidad de infartos aumenta en esta época. Realmente, estos casos son simplemente la guinda “mortal” a un estado de salud que de por sí no es bueno.
El sinfín de festines comienza con las comidas y cenas, bien sea de empresa o con amistades. Seguimos con Nochebuena, Navidad, Nochevieja y el primero de enero o Año Nuevo. Y finalizamos con el día de Reyes. Según como se sitúen estos días en el calendario, también puede haber fines de semana (momento en que se suele comer peor que entre semana) adicionales a los festivos.
En esta estrecha franja no sólo ingerimos cantidades ingentes de calorías y alcohol, sino que aumentamos los viajes, el estrés y cambiamos el sueño y el descanso. Una combinación nefasta.
Tipos de Alimentos que tomamos en Navidad
Si nos referimos en exclusiva a los alimentos de estas fechas, de forma general suelen ser mucho más calóricos debido a que abundan las carnes grasas, las pastas y especialmente los dulces.
Además, se trata de comidas que se alargan mucho y se acompañan con alcohol. Esto hace que las digestiones sean largas y pesadas. Pero, además, el consumo de fruta y verdura fresca es muy escaso por no decir nulo.
Parece que la única preocupación generalizada es el aumento de peso, pero recuperar peso ganado es relativamente sencillo. Lo realmente complicado es recuperar el correcto funcionamiento de nuestra normalidad digestiva. Estas fechas nos llevan a una completa alteración de nuestra digestión.
6 Claves para recuperar nuestro sistema digestivo después de Navidad
Como a estas horas los consejos para evitar este desastre para nuestro sistema digestivo llegarían demasiado tarde, hemos pensado que podemos aportar algunas claves para recuperarnos lo antes posible:
Clave 1.- Evita los alimentos ricos en harinas refinadas y azúcares
Los alimentos que más alteran nuestra flora intestinal, además que son los que más engordan, son aquellos ricos en harinas refinadas y azúcares.
Evítalos en la medida de lo posible.
Nos referimos cualquier harina, las pastas (que están hechas con harina), los cereales de desayuno, el pan, los zumos y refrescos, … Recuerda la entrada sobre cómo reducir el consumo de azúcar, te puede ser muy útil.
Clave 2.- Incrementa el consumo de fruta y verdura fresca
Paralelamente, sería muy interesante que pudíesemos incrementar nuestro consumo de fruta y verdura fresca. Las dietas vegetarianas/veganas son muy interesantes dado que los recursos metabólicos que necesitamos para digerir y asimilar sus nutrientes son muy pocos, con lo que damos descanso a nuestro intestino además de proporcionarle grandes cantidades de vitaminas y minerales.
Estos alimentos también son prebióticos, así que estamos directamente favoreciendo la recuperación de nuestra flora intestinal mediante alimentarla correctamente.
Clave 3.- Ayunar
Ayunar es una estrategia nutricional muy interesante, no sólo para perder peso, sino para dar ese descanso a nuestro intestino y permitirle recuperarse. Si nunca se ha hecho ayuno, lo más adecuado sería que estuviese dirigido por un profesional de la salud (normarmente nutricionistas) con experiencia en la materia.
Una forma alternativa de ayunar es basar la dieta en alimentos líquidos. No, no nos referimos a refrescos, por supuesto. Con alimento líquido hablamos de caldos vegetales (cebolla, zanahoria, nabo, tres prebióticos muy útiles), limonada natural (limón exprimido o triturado en agua), o zumos verdes elaborados en casa.
Clave 4.- Tomar alimentos Probióticos como el kéfir de agua
Tomar más probióticos, especialmente kefir de agua. El kefir facilita las digestiones y repuebla nuestra microbiota desplazando las especies microbianas que han proliferado en exceso con los abusos navideños de dulces y alcohol.
Clave 5.- Tomar infusiones
Se pueden tomar infusiones que nos ayuden a depurar y que potencien la función digestiva. Nos referimos a plantas como el jengibre, la cola de caballo, la ortiga, el diente de león o el desmodens.
Clave 6.- Practicar más ejercicio
Sin buscar límites. No son fechas para batir nuestros PR o nuestros tiempos en 10 km. Se trata de realizar actividad física ligera, mucho mejor si es al aire libre. Nos ayudará a consumir calorías, digerir y recuperar el hambre que seguramente hemos perdido.
Todos estos consejos sirven para cualquier época del año en que sintamos que estamos excediéndonos con la comida. No son válidos sólo para después de Navidad.
Al final, si tratamos de mantener un estilo de vida saludable durante todo el año, los excesos navideños no deberían acabar con nosotros.
Porque lo realmente importante es cómo nos alimentamos y cuidamos entre Reyes y Navidad, no entre Navidad y Reyes.
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