La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y seguramente el más sensible ya que señala nuestros límites, que pueden convertirse en una barrera si no nos comunicamos a través de ella. No olvidemos que en la piel se encuentra nuestro sentido más desarrollado, el tacto, y por ello es la encargada de recibir los estímulos del exterior.
Se dice que necesitamos cuatro abrazos al día para sobrevivir, ocho para mantener nuestro equilibrio emocional y doce para recorrer el camino del crecimiento como persona.
Esto no lo ha comprobado ningún estudio ni ningún científico pero, ¿cómo te sientes cada vez que recibes un abrazo? Y es que la acción de un abrazo es tan importante que la ausencia de contacto físico amoroso aísla al individuo de forma emocional y social. Y esto sí que está demostrado científicamente.
– Aumentan la sensación de bienestar.
– Retrasa el envejecimiento.
– Reduce el apetito.
– Preserva la condición física de los músculos de los brazos y los hombros.
– No exige un ambiente en particular. Cualquier lugar y cualquier momento es bueno para dar un abrazo.
– Actúa como una medicina natural que alivia problemas físicos y emocionales.
– Nos sube la autoestima.
– Al arroparnos, nos proporciona seguridad y confianza.
– Favorece la expresión emocional no verbal.
– Rebaja el nivel de estrés y la angustia.
– Nos ayuda comunicarnos con los demás, facilitando la comunicación afectiva y el sentimiento de empatía.- Mejora nuestro humor y aumenta el positivismo.- Cada vez que damos un abrazo…¡Recibimos otro!
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