El verano, las altas temperaturas y los aires acondicionados son conceptos que siempre suelen ir de la mano. Ya sea en el trabajo, en casa, en el coche o en un centro comercial, el uso excesivo o inadecuado del aire acondicionado puede llegar a afectar a nuestro sistema músculo-esquelético causando lesiones de distinto tipo. Te contamos cuáles son estos riesgos.
Durante los meses de verano, sometemos al organismo a grandes cambios de temperatura que pueden oscilar entre los 20-22ºC en interiores con aire acondicionado y los 35-40ºC que se pueden llegar a alcanzar en la calle los días de más calor.
Estos cambios de temperatura tan bruscos impiden que el cuerpo se regule de forma natural, es decir, provocando sudoración para enfriar y preservar el equilibrio de la temperatura corporal. Cuando la refrigeración del cuerpo se hace a través del aire acondicionado y, además, se recibe el chorro de forma directa sobre la piel, es cuando pueden aparecer contracciones musculares.
Los músculos se contraen cuando están expuestos a bajas temperaturas y, en ese estado, son más propensos a padecer calambres o espasmos que generan dolor y que pueden desencadenar en dolores cervicales, lumbalgias, tortícolis o, incluso, parálisis faciales. Estos problemas se agravan en la oficina al estar muchas horas trabajando en la misma posición, la mayoría de veces, incorrecta. También pueden llegar a provocar migrañas o fuertes dolores de cabeza.
CONSEJOS PARA EVITAR LESIONES CON EL AIRE ACONDICIONADO
- Limitar el tiempo de exposición al frío del aire acondicionado.
- Evitar el contacto directo del frío con el cuerpo, sobre todo en la zona cervical y lumbar.
- Programar el aire acondicionado a una temperatura media de 24/26ºC
- Al iniciar el sistema de aire acondicionado, regular la temperatura de forma progresiva.
- Si ya existen molestias ocasionadas por el contacto directo del aire frío, procurar realizar estiramientos para relajar la zona y realizar un masaje con una pomada para el alivio del dolor muscular.
OTROS PELIGROS DEL AIRE ACONDICIONADO
- Afecciones respiratorias
- Los cambios bruscos de temperatura al pasar de un ambiente refrigerado con aire acondicionado a otro exterior pueden causar resfriados, faringitis, rinitis, tos y crisis asmáticas. Estos problemas se pueden ver potenciados si se le suma un mal mantenimiento del sistema de aire acondicionado. Es imprescindible realizar la limpieza de los filtros y conductos de forma periódica para evitar la acumulación de gérmenes y bacterias que pueden llegar a atacar a nuestro organismo.
- Sequedad ocular
- El aire acondicionado ofrece una temperatura fría y un ambiente seco, hecho que puede resultar molesto provocando el síndrome del ojo seco, especialmente para los usuarios de lentillas o lentes de contacto.
- Problemas dermatológicos
- La sequedad del ambiente provocada por el aire acondicionado puede afectar a la piel y provocar irritaciones o empeorar el estado de otras ya existentes, como en casos de dermatitis atópica o eccemas.
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