Las chanclas no deben usarse a diario ya que ofrecen muy poco apoyo y dejan sin protección a los pies

Al ser un calzado de suela plana, no ofrece apoyo al arco natural del pie y pueden resultar en dolores en las rodillas, los tobillos, las pantorrillas, la espalda y hasta la cadera.

Por estas razones es que solo están recomendadas para ser usadas en momentos específicos, como ir a la piscina o playa, o tomar una ducha en un sitio público, ya que previene el contagio de infecciones a los pies. Pero no están recomendadas para caminatas prolongadas.

La razón es obvia: al quedar el pie destapado en contacto con la tierra, el agua o el mismo sudor del pie (la mayoría de ellas están hechas de caucho) puede resultar en la formación de bacterias que crean hongos o el doloroso pie de atleta.

Las chanclas también crean ampollas y con frecuencia está asociado a caídas, lesiones de tobillo y hasta fracturas de huesos como resultado de tropiezos. El uso de sandalias se debe limitar a un par de horas.

Daños con el paso del tiempo

El uso inadecuado de este calzado a largo plazo puede derivar en una fascitis plantar (inflamación del tejido conectivo del pie), una tendinitis (inflamación de un tendón) o un traumatismos en los dedos, por el esfuerzo que el pie hace cuando se camina al golpe de las chanclas, problemas de sobrecargas musculares, rodillas e incluso espalda.

¿Cómo usarlas y seleccionarlas?

Para no dañar los pies con el uso inapropiado de las chanclas se aconseja:

  • Nunca usar las chanclas para caminar distancias largas.
  • Seleccionar algún modelo de las chanclas más recomendables que apoyan al arco del pie.
  • Escoger chanclas elaboradas en piel. «Es menos probable que unas chanclas de piel de buena calidad provoquen ampollas u otro tipo de irritaciones».
  • Seleccionar las que tienen suela fuerte.
  • Evitar las chanclas suaves que pueden doblarse por la mitad.
  • Cerciorarse que quedan a la medida del pie. «El pie no debe sobresalir por ningún lado de las chanclas».
  • Estar atento a las señales de desgaste. «En cuanto haya señales claras de desgaste, es el momento de comprar otras».