A través de este artículo, vamos a explicar las consecuencias que una mala pisada, en este caso con un arco plantar plano, puede llegar a generar en nuestro cuerpo.

Nuestros antepasados usaban los pies como las manos. Es decir, tenían un gran arco plantar que les permitía agarrarse a ramas y trepar con facilidad. Con la evolución, se fue perdiendo altura de esa bóveda plantar muy curvada a lo que conocemos en la actualidad. Una pisada que nos permite mantenernos de pie sin caerse, dejando las manos para coger objetos.

Anatomía del pie

Es una parte del cuerpo formada por gran cantidad de huesos, músculos y sistema de ligamentos, que nos sirve de amortiguador, para propulsarnos a la hora de andar y/o correr.

El ser humano está hecho para moverse, por lo que el pie juega un papel fundamental en dicha meta.

El pie, una vez golpea en el suelo, tiene una repercusión en las articulaciones del miembro inferior. De manera, que un problema o disfunción del pie, puede llegar a generar síntomas primero en las articulaciones más próximas, pero también a mucha distancia. De manera latente, y con el paso del tiempo, puede llegar a ocultar problemas posturales que, a largo plazo, motivarían dolores, deformidades, bloqueos vertebrales, tensiones musculares y grandes cambios en la postura.

El pie es uno de los captores posturales del cuerpo. Esto quiere decir, que, en función de la posición de nuestro pie, si tiene mucho o poco “puente”, el resto del cuerpo adoptará una postura determinada. Esto puede ser algo normal, fisiológico que no genere consecuencias si el individuo está bien adaptado, pero si no hay una simetría, aparecen los problemas.

Pie Plano

Consecuencias de un pie plano:

Pie: puede aparecer una lesión de la planta del pie llamada fascitis plantar, por un estiramiento de la fascia a ese nivel, lo que motivaría una tracción de sus inserciones a nivel del pie, pudiendo aparecer una inflamación que nos limite a la hora de andar. Sobre todo, por dolor en el talón.

Rodilla: esta articulación tendrá la tendencia a posicionarse hacia valgo. Es decir, la rodilla se irá hacia dentro, lo que motivaría un estiramiento del ligamento lateral interno y un pinzamiento del menisco externo. Además, la rótula tenderá a desplazarse, por lo que aumentará el roce del cartílago, favoreciendo la aparición de una condromalacia rotuliana.

Pelvis y columna: un pie plano llevará consigo un aumento de las curvas vertebrales. Es decir, aparecerá una hiperlordosis lumbar y cervical (mucho puente en zona lumbar y cervical), hipercifosis dorsal y anteversión pélvica. Esto generará una gran tensión en los últimos discos lumbares, pudiendo ser origen de la aparición de lesiones discales a este nivel.

¿Qué puedo hacer si tengo un pie plano?

Sería recomendable que un profesional te realizara una completa exploración para valorar si tu pie plano está generando consecuencias en el resto de tu cuerpo o no. Pues es verdad, que, si tu cuerpo está bien adaptado a dicho problema de pisada, no necesitarás realizar muchos cambios.

Si, por el contrario, tras realizar una exploración, se observa que el resto del cuerpo no está bien compensado, lo más importante es corregir las disfunciones que presente a través de manipulaciones desde el pie hasta las cervicales, y en revisiones futuras, determinar si es necesario el uso de plantillas correctoras, hechas por un especialista ortopédico o podólogo, que determine cómo es tu pisada y te prescriba una ortesis acorde a tu pie.

En fases iniciales, en edades tempranas, donde el hueso aún es maleable, con el trabajo de osteopatía y la ayuda de plantillas, se puede llegar a corregir bastante dicha deformidad del pie. Y en muchos casos, se llega a solucionar dicho problema.